Hoy comenzaré con una frase de Friedrich Nietzsche; “Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti”
Cuando mi madre me leyó la frase reflexione sobre esas palabras, pensé en una amiga que me mintió varias veces y que a la fecha me es difícil creer en lo que dice, pensé en mi hermano y la credibilidad que ha perdido pues ha mentido a todo aquel que lo rodea, pensé en mi madre a la vez que pensé en mi queriendo creer que no he mentido lo suficiente como para perder credibilidad.
Siempre se nos hace bien fácil decir una mentira a la que llamamos “piadosa” pero al fin y al cabo es una mentira, no nos damos cuenta de que por muy piadosa que sea estamos lastimando a la víctima de nuestras falacias y a nosotros mismos perdiendo credibilidad.
Puedo citar a una vecina que desde niña presume lo que no tiene y habla de más, a la fecha cuando comenta situaciones de su vida mi mente lo único que genera es “no le creas, no es verdad”
Cuáles son las causas de las mentiras?
Según yo una de esas causas es llamar la atención mi vecina quizá no se sentía aceptada y se le hizo fácil inventar un mundo ficticio, la otra causa que viene a mi mente es que te metes en tantos problemas que después no sabes cómo solucionarlos y para “no quedar mal” mientes.
El segundo caso lo relaciono a mi hermano porque lo he visto, no sabe enfrentar los problemas y decir sí lo acepto me equivoque, no sabe decir, perdón soy humano tengo errores, ayúdenme, en cambio es rencoroso.
Pienso que si supiéramos perdonar y aceptar que nos equivocamos seríamos una sociedad sana, nos cuesta demasiado trabajo aceptar nuestros errores y peor aún, pedir perdón, aceptar que no somos perfectos, tampoco nos damos cuenta que hablando con la verdad se nos pueden abrir miles de puertas.
Y a ti, ¿cuántas veces te mentí?
Esta canción es buenisima para esta publicación. Enjoy!
