29 dic 2020

Vocación

Hace unos días veía un documental y en una escena salió a la vista una máquina de escribir, quizá fue una señal, pero en ese momento tuve el impulso de ir a buscar mi vieja máquina de escribir eléctrica.

La destape, traté de usarla y dentro tenía dos juguetes que impedían su función, los removí, fui por hojas, redacte unos párrafos, la limpie y la envolví en playo para evitar su deterioro.

Me emocionó recordar mis primeras lecciones de mecanografía en una de esas máquinas mecánicas con las que terminas con un terrible dolor de dedos.

No sabía porqué ese impulso y esa sensación, pero unos días después desafortunadamente me despidieron del empleo en el que estaba.
Me tomaron por sorpresa, y al pensar en qué debía hacer ahora a mi cabeza llegaban malas y pésimas ideas sobre mi futuro.

Pero en lo único que he pensado es en esto que me apasiona, esto que siempre me gustó, esto que genera que mis emociones superen toda emoción.

Para expresarlo en una manera más clara es que no he dejado de pensar en escribir.

Y está noche mientras buscaba empleos; en mi cabeza sonaba una voz diciendo, "tienes que escribir, inténtalo, esto te gusta"

Y aquí estoy; tres de la mañana redactando desde mi celular, aunque odio hacerlo desde cualquier smartphone.

Pero hacerlo en mi maquina eléctrica no me agradaría del todo, es como los libros electrónicos, podrán ser más accesibles, pero yo no cambio por nada el tener en mis manos un hermoso libro, sentir su exquisito aroma, tenerlo entre mis manos, tocar sus páginas cuál delicado objeto de valor, personalmente amo los libros físicos, como amo redactar sobre unas teclas y no sobre una pantalla.

Estas ideas también me llevaron a pensar por qué no perseguí mi sueño de estudiar comunicaciones, si en algún momento de mi preparación en el bachillerato me eligieron en cuarto lugar por un ensayo que realicé, quizá en algún lugar debo de tenerlo, porque recuerdo que lo guarde como un preciado tesoro.

Sin embargo no tuve la fortuna de terminar una licenciatura, pero aún puedo lograrlo, esa es una de mis tantas metas.

Sé que estas letras pueden ayudar a alguien, lo que he aprendido acerca de esta lección es que sí ven que sus hijos, sobrinos, ahijados o que sé yo algún familiar que aprecien, y tiene talento en algo, apóyenlo, motívenlo a perseguir sus sueños, este mundo necesita más personas con anhelos y talentos para ayudar a otros, que gente nefasta, con deseos de dañar a su prójimo.

Hasta aquí la historia de hoy.